Calidad de energía a menudo se relaciona con el concepto general de eficiencia energética, la cual depende, ciertamente, de las conductas individuales y del uso racional de la energía por parte de los consumidores.

Debido a los impactos financieros relacionados con la cantidad de energía eléctrica consumida en el hogar y la empresa nicaragüense, la eficiencia energética hace presencia, en primera instancia, por medio de un conjunto de medidas de gestión de la energía para la reducción inmediata de las demandas consumidas, pero no necesariamente se traduce en mejoras en la eficiencia energética total, la cual se relaciona también con la calidad de la energía.

Al hablar de calidad de la energía, un concepto muy poco conocido, hacemos referencia a toda la infraestructura eléctrica del suministro y distribución de la energía en las instalaciones residenciales o industriales, sabiendo que, en dependencia de las condiciones físicas, constructivas, así como el diseño de los elementos que lo componen (calibre de cable, dimensionamiento de protecciones,  canalizaciones, disposición de acometidas eléctricas, centros de cargas principales y secundarios, etc.) se puede conservar una instalación eléctrica segura que previene posibles riesgos ante los peligros y contaminaciones que se expone en el medio de interacción eléctrico para baja, media y alta tensión.

Cuando el cliente apuesta por la energía solar tiene amplias ventajas que lo conducen al éxito económico y ahorro energético, principalmente por ser un recurso de energía prácticamente inagotable y por el hecho de ser no contaminante, permite ser colectada y transformada para su utilización en diferentes aplicaciones, proceso que se simplifica cada día con innovaciones tecnológicas continuas.

Es importante garantizar que la infraestructura eléctrica del sitio que se dispone a recibir el suministro de energía solar, se encuentre en óptimas condiciones energéticas, libres de cualquier contaminación que dañe el consumo eficiente de la energía.